Páginas

aromitas del nuestro digo - 2010

Volver a la pagina anterior ...


hipótesis propia del origen del canto

el canto nació con el agua

en el principio de los tiempos
cada tierra madre dio a luz aguas dulces y saladas
y con ellas
el aire se habitó del arrullo del río por dentre las piedras
del grito de la cascada
y de la fidelidad de las olas volviendo y volviendo

animadas en mostrar sus voces
las aguas subieron invisibles al canto de los pájaros
a los álamos de la plaza
y al ceibo que en casa plantamos con Ángeles

todo canta gracias al agua
todo canta

por eso
cuando te recuerdo
un agüita salitrosa me gana la mirada
y regado de ti
me gólpio el pecho
y canto

recién nacido

nunca me perdonaré
no haber estudiado teatro

allí hubiera aprendido llanto escénico
emociones protocolares
o lágrimas de compromiso

y no éstas
desnudándome

hoy que has llegado
y yo oliendo a recién nacido


puertas y ventanas abiertas
                                                          a tito herrera
en los lugares por donde anduvo un maestro
algo de él queda

se lo puede respirar en el aire
se puede sentir su rastro

la gente de esos lugares suele recitarlos
conversar de ellos

entonces uno reconoce fácilmente esos lugares
allí
la gente vive con las puertas y ventanas abiertas
y las que no se ven
también


descubrirses

el aire estaba lleno de cosas
que algún día fueron cosas
hasta que un fuego las hizo dejar de ser

es que todas las cosas se evaporan
cuando un fuego las abraza

y así evaporaron

perdieron su cuerpo
dejaron en su detrás la forma que las tenían
y se entremezclaron con lo imperceptible
con lo perdurable
con lo etéreo

entre ellas ando yo
aprendiendo a volar por el piso del cielo
después de aquel día
en que tu descubrirnos
testamento voraz de lo inesperado
me quemara por vez primera


con la noche
con el mar
y contigo

cuentan las luces más viejas que cuando el día del origen se fue
una capa de noche negra abrazó al miedo
y la calma lloró su primer rocío

un viento ranquel llevó esas lágrimas sin sal hasta lo más alto del cielo
y las colgó de lo oscuro
para estrellar a la noche
a los marineros
y a los amantes

las que no llegaron
madrugada tras madrugada
amanecen desmemoriadas
por las hojas del verde
deletreando pasos de a dos

desde allí
ojos verdes por donde te miro
sueño con la noche
con el mar
y contigo


no dejes de alumbrar

desde tiempos inmemoriales
el hombre se guió por los astros del cielo

dicen que unos reyes magos dieron con su niño amado
siguiendo una pequeña estrella del firmamento
una lucesita
      en medio del estrellerío
un tenue destello
      en la inmensidad de la creación

no dejes de alumbrar


un poco de esa mirada

no importará
que se acabe la yerba y el azúcar
cuando el destino nos olvide con azotes de miserias
o futuros de humo

que la noche baje letalmente seca y desestrellada
o se hayan ido los fiados de los almacenes
y no tengamos ni esencias ni frutas
para sostener el fuego

nos acomodaremos los años y los pretéritos
y brindaremos con un abrazo
en un vaso de vidrio invisible

cierra ya esos ojos
ilusionadamente humedecidos
y guárdame para aquel instante
un poco de esa mirada



Volver a la pagina anterior ...